Considerando que tanto los Derechos Humanos y los Derechos del Medio Ambiente siguen sin hacerse vigentes y lo avanzado en ellos se va perdiendo o está en alto riesgo de perderse debido, tanto al desarrollo de la crisis sistémica como a la forma que se le enfrenta desde las instancias de decisión mundial, nos pronunciamos planteando lo siguiente como parte de los movimientos de la región Latinoamericana con motivo de la reunión que el G20 tendrá en Cannes:

• Desde que se empezó a convocar al G20 para enfrentar la crisis en el 2008 ha habido una falta de decisión de regular y controlar el flujo de capitales que vaya más allá de los intereses del capital transnacional, de detener la especulación y de enfrentar de manera decidida los desequilibrios globales. Se han dejado de lado las propuestas de la comisión Siglitz, que se formó con motivo de la Conferencia de Naciones Unidas sobre la crisis financiera y su impacto en el Desarrollo, así como los aportes de los movimientos sociales globales.

Las instituciones financiera internacionales que fallaron en sus políticas de “prevención de crisis”, pues sólo las exigieron a los países en desarrollo y no a las economías desarrollada, cuentan con nuevas atribuciones y funciones y promueven la profundización de las mismas medidas conocidas por su fracaso en mantener la estabilidad financiera y económica y por impedir que los países en desarrollo logren el control de sus recursos, los cuales drenan de manera permanente hacia el exterior. Estas medidas promueven en última instancia que los Estados aseguren un nivel de ganancia extraordinaria para el capital y el sostenimiento de los déficit en las economías desarrolladas. Esto es reforzado además por marcos institucionales y normativos que en los países permiten los flujos ilícitos y del capital golondrino como un mecanismo de aprovechamiento del corto plazo.

• Los desequilibrios globales de los que hablan los economistas son finalmente la expresión del funcionamiento de la economía global de acuerdo a las necesidades del capital que tiene como principales instrumentos a las políticas financieras, fiscales y monetarias en curso y los acuerdos de libre comercio e inversión que están vigentes y que siguen promoviendo.

• Por otra parte existe un espejismo en América Latina con el crecimiento de sus economías debido al gran flujo capitales que se ha tenido el 2010 para inversiones en cartera, especulación e inversión en materias primas e infraestructura. América Latina recibió cerca 214.000 millones de dólares en flujos de capital. Este flujo de capitales a la vez que produce crecimiento ha producido una distorsión en el tipo de cambio con consecuencias en la toma de decisiones soberanas referidas a la producción y el comercio. Asimismo el aumento en el flujo de capitales ha acentuado la explotación indiscriminada de nuestros recursos naturales, el desplazamiento de personas y destrucción

de nuestros sistemas ecológicos. La interrupción repentina de la afluencia de capitales por la agudización de la crisis en Europa o la recesión en los países en desarrollo y la caída consecuente del precio de las commodities, cuyo nivel es generado en buena parte por la especulación, llevaría de manera inmediata a la reducción de las exportaciones, de los ingresos fiscales, del empleo, terminaría con el espejismo del crecimiento.

• El G20 se convocó para reforzar las decisiones del G7 para plantear salidas para la crisis del 2008 y para superar falta de fondos que este grupo tenía para superar la crisis. Pero no ha podido cumplir con lo que se propuso en su pronunciamiento del año pasado terminada la reunión de Seúl de “apoyar y estabilizar la economía mundial y, al mismo tiempo, a establecer las bases de reforma para asegurar que el mundo no volviese nunca a sufrir otro episodio igual otra vez”.

• En discursos y declaraciones no se ha querido asumir con contundencia que la crisis evidenciada el año 2008, no se ha resuelto ni en Europa ni en Estados Unidos y que va empeorando en el viejo continente pues vienen aplicando ajustes que afectan a los derechos de sus trabajadores y pobladores en beneficio del capital y hay peligro de una recesión mundial. Los decisores relacionados a las transnacionales viejas y nuevas siguen con negocios y no toman en cuenta lo mencionado como problema que concierne a la seguridad humana y del planeta.

Fondos de países emergentes grandes comienzan a dirigirse a los fondos mundiales en vez de incrementar a los fondos regionales o subregionales. Se dan salidas como el acuerdo del Arco del Pacífico, que promueve acuerdo del libre comercio e inversión entre México, Colombia, Perú y Chile. Se plantea que os políticas de unos países son mejores que de otros: Se contrapone eficacia de medidas de políticas de México, Colombia, Perú, Brasil y Chile versus las de Argentina, Ecuador, Venezuela, y Bolivia, que tener gestiones económica más autónomas.

• Es llamativa la gestión económica de China en contraposición de otros países en relación a controles de su sistema financiero y planificación de su producción y comercio y la gestión de su tipo de cambio. Asimismo hay que tener muy en cuenta el rol de los BRICS como poseedor de reservas y de mercados y todos los demás países emergentes. En América Latina se poseen 546.000 millones de dólares en reservas actualmente debido al crecimiento por aumentos precios de commodities. Todo esto puede generar una tensión en las viejas economías y las emergentes con repercusiones que pueden generar más inseguridad.

Por el escenario previamente expuesto, las organizaciones sociales de la región venimos impulsando medidas autónomas como:

• La asunción y puesta en marcha de una Nueva Arquitectura Financiera Regional junto a sentar las bases de una economía sustentable es un problema de sobrevivencia y geopolítico pues se trata de tener un peso como región en las decisiones mundiales referidas al cuidado de nuestra gente, de nuestros recursos naturales y financieros y de asegurar la subsistencia inmediata y futura en un mundo con gran tensión.

• Los movimientos sociales y ciudadanos deben seguir teniendo un rol de vigilancia, presión e incidencia, desde la cercanía de la gente en la defensa de sus derechos, en sus movilizaciones, en los diálogos con los gobiernos que buscan lograr una mayor inclusión y equidad, en la construcción de relaciones y enlaces con ciudadanos del norte y con funcionarios nacionales e internacionales que buscan el cambio y la vigencia de los derechos.

• Consideramos necesario reiterar las propuestas que los movimientos sociales regionales y globales vienen levantando como retomar parte de las recomendaciones de la Comisión Siglitz:

3. La realización de auditorías de deuda y de las IFIS y la anulación de deuda de las deudas ilegítimas.

4. El establecimiento de la justicia fiscal, que evite nuevos ciclos de endeudamientos que comprometa la soberanía de las economías de nuestros países y la desaparición de los paraísos fiscales.

5. Regular las inversiones y romper las ataduras generados por los Tratados Bilaterales de Inversión, los contratos de estabilidad tributaria y la existencia del Centro Internacional de Acuerdo de Inversiones –CIADI.

6. Crear una bolsa de monedas o desarrollar los derechos especiales de giro para sentar las bases de un nuevo sistema monetario internacional.

7. El establecimiento de un ente Regulador Mundial y un Consejo Económico con rango de Consejo de Seguridad bajo las Naciones Unidas.

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